Desde este humilde blog, me gustaría sumarme a la oleada de gestos y reconocimientos a María San Gil, Presidenta del PP vasco, y voz estos últimos años, de todo cuanto representa la defensa de la Constitución y de un patriotismo sano, en un rincón de España en el que todavía no ha llegado la democracia.
Ha sido y sin duda seguirá siendo la voz de los españoles de bien en las Vascongadas; una política valiente que no consintió nunca la más mínima cesión al mundo etarra, y que denunció, tristemente, la traición de la izquierda (en teoría) nacional, a unas posiciones de frente común contra el nacionalismo y su mezquina complicidad con el terrrismo de la ETA.
Jamás necesitó de cuotas para entrar en política, primero por que nunca creyó en ellas y segundo, porque en los años en los que comenzaba con Gregorio Ordóñez, eran muchas las vacantes que había que cubrir, para completar una lista, o para ocupar un cargo en la Directiva de su patrtido.
Esperamos pues, la pronta recuperación de María San Gil, vivero de virtudes, y mujer con agallas, de las que van quedando pocas.
4 comentarios:
Muy cierto, ella es de esas mujeres para las que la cuota debe resultar humillante.
A veces parece que la mala suerte se ceba con las buenas personas. Seguro que sale adelante y supera el cáncer.
PD: Es "agallas", sin h.
Un abrazo.
Como rectificar es de sabios, queda automáticamente corregido mi imperdonable error ortográfico.
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