domingo, 14 de septiembre de 2008

Un artículo de Sopena, que de verdad, da pena.

Suelo pasarme de vez en cuando por el diario digital de Sopena (Elplural.com) para ver qué escriben y en qué piensan los en teoría, adalides de la cultura en España. Casi siempre que termino mi tan magna hazaña, llego a la conclusión de no saber cómo narices estos tíos (refiriéndome a la izquierda zapateril en general -es decir, a toda la izquierda-) han conseguido alcanzar el liderazgo en el debate de las ideas y en el plano cultural, frente a una derecha liberal, más o menos conservadora, con más y mejores razones para copar tal esfera de poder.

Esa misma conclusión ha rondado hace unas horas por mi cabeza, tras leer el artículo de opinión del mismísimo director del citado medio, en el que en una mezcla torticera, alejada de los hechos y sin sentido, llega a titular sin más tapujos: "El presidente de la República francesa traiciona los principios de 1789, lo que agrada a Benedicto XVI". ¡Toma castaña! Y nosotros sin enterarnos de la vuelta de Francia al absolutismo. No se de que narices ha traicionado Sarkozy a los principios del 1789, pero es que el mismo periodista que firma el artículo, tampoco da más razones. Lo escribe en el titular y punto.

El resto del artículo es un puro despropósito en el que se demuestra la escasa capacidad intelectual del periodista, tras afirmar frases como: "Las relaciones entre el emperador revolucionario –que en cierta manera sí lo fue frente a la carcunda absolutista de la derecha" ¿de qué derecha habla en el siglo XVIII? Confunde y relaciona a todo el entramado contrarrevolucionario y lo equipara a la derecha actual, como si en algo se parecieran o se pudieran establecer comparaciones entre dos cosas absolutamente diferentes.

"Eso del “laicismo positivo” reconforta a la derecha. Democracia, sí, pero con diques de contención". El laicismo positivo del que habla, no es más que llevar a la práctica la verdadera teoría de la separación Iglesia-Estado, en cuanto a su manutención, organización, y patrocinio, pero para nada obviar la capacidad de influencia y opinión que tiene la Iglesia católica, y ser capaces de encauzarla en términos de cooperación con el Estado. No negarle la voz, de la misma forma que no se le niega a los sindicatos (estos sí subvencionados) o a las ONG´s (muchas de ellas también) y no perseguirla, como otros desearían. Eso no equivale a poner "diques de contención a la democracia".

"Napoleón traicionó a la Revolución. Sarkozy traiciona ahora, entre sonrisas y halagos, los principios conquistados por la ciudadanía en 1789".
Este Sopena desvaría. No es capaz de entender nada que se escape a su visión de las cosas y mucho menos algo que tenga que ver con el papel de la fe y de la Iglesia Católica en este caso, en la realidad política de los pueblos y naciones. Confunde abiertamente el concepto de "laicidad" con el de "laicismo" o persecución por parte del Estado de todas las confesiones. Le repugna la idea de que la Iglesia colabore con el Estado en la defensa de la dignidad de la vida humana y por la supervivencia de la misma sociedad. No entiende en definitiva, que la fe es mucho más que un cura -a los que tanto demoniza- o un templo religioso -que si por el fuera...- es una esperanza humana, a la que muchas personas se acojen en momento alguno de sus vidas para dar sentido a su existencia.

Reducir, en definitiva, la fe a algo meramente privado, es cometer un grave error; es extirpar de la realidad social una parte fundamental de la misma que puede ayudar y colaborar en la solución de muchos de los problemas que aquejan ya no sólo a Francia, sino a Europa entera, como la debilidad cultural frente a sus enemigos.

Pero de esto último Sopena, ni se entera. Esa es la triste lectura del artículo, que en España, hay todavía quienes miran para otro lado ya que prefieren ver sucumbir todo y a todos a cambio de erradicar la fe y la religión del último rincón de la sociedad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego que da pena y pavor la interpretación subjetiva que algunas personas hacen de la historia...

Critón dijo...

Pues si...el ejemplo de Sopena es bastante claro al respecto.

Mike dijo...

Yo defiendo que el día que el Argumento de Franco y la derecha cavernaria ya no asuste a nadie, Sopena se va a la M...

No quiero decir palabrotas, pero daré una pista. M... está hecha de la misma materia del cerebro de Sopena.

(Es que si no lo digo, reviento.)