domingo, 28 de octubre de 2007

Mártires de España

Este domingo 28 de octubre, tendrá lugar en Roma la beatificación de 498 mártires (personas que murieron por no abdicar de su fe, pero que lo hicieron perdonando a sus verdugos) producidos en los tortuosos años de 1934-1936. Un bienio auténticamente perverso para todas aquellas personas consideradas reaccionarias, por el mero hecho de asistir a misa o llevar bajo el brazo un periódico de derechas.

Una acción de justicia, que nada tiene que ver con ese supuesto revanchismo (frente a la ley de Memos-histórica) al que se ha acusado a la Iglesia por parte de los que día tras día no hacen sino demostración práctica de tal acusación. Y es que podríamos decir en contra de tal afirmación, que el proceso que culmina el domingo, no es nuevo, sino que nació en los años 60, en plena hegemonía del Régimen del 18 de Julio. Tras la muerte en la cama del caudillo Franco, y tal vez -es una opinión personal- para envolver al proceso de una supuesta legitimidad constitucional, el impulso definitivo vendría en la década de los 80 respaldado por los sucesivos gobiernos socialistas. Todo estaba preparado, pues, para que veinte años más tardes, se rindiera un merecido homenaje a los que dieron su vida en defensa de su credo.

Revanchismo tampoco, porque uno de los elementos indispensables para ser declarado mártir, es precisamente, la capacidad de perdón de éstos.

De ahí que las críticas de aquellos que viene machaconamente insistiendo con la memoria histórica queden fuera de todo lugar. No es una respuesta, ni mucho menos, al proyecto totalitario de Zp y la izquierda, de legislar el pasado y castigar, marginando y so juzgando, a uno de los bandos de la guerra civil, osea, a una de las dos mitades de la nación española. Nada que ver tampoco con la ideología, pues éstos mártires cayeron únicamente por su fe. 498 mártires, como representación de los cerca de 7000 religiosos muertos en la Guerra civil y de los que nadie se acuerda ya salvo sus familias (eso sí es memoria; lo contrario, es hacer de la Historia, una herramienta política).

Un verdadero ejemplo para todos, de vida ligada a un ideal que por difícil y cuesta arriba que se presente la coyuntura, no se abandona. Un ejemplo de perdón y de reconciliación, alejado de la iniciativa zapateril de recuperar los viejos fantasma, para a diferencia de los mártires, reabrir heridas y lograr invertir el curso histórico.

2 comentarios:

Miss Peras dijo...

Bueno, la Iglesia no necesita más enemigos que sus obispos. Menudo churro de ceremonia.

Critón dijo...

Bueno, miss peras, convendrás conmigo en que habrá de todo. Un saludo.