Vaya, vaya...

Ahora que Rajoy va perfilando su propuesta electoral, varias son ya las conclusiones que podemos ir comentando. La primera y más desagradable, es la relacionada al equipo de confianza del que Mariano ha tenido a bien rodearse. Gentes (María San Gil y Astarloa, aparte) caracterizada algunos de ellos, por perder elecciones y otros, por llegar relativamente hace poco al equipo popular, careciendo, por tanto, de la experiencia que se necesita en estos momentos.

La segunda, y también bastante discutible, es el cada vez mayor desplazamiento de dos figuras indiscutibles del Partido Popular, como son Ángel Acebes y Eduardo Zaplana. Don hombres que llevan aguantando el timón del proyecto de Rajoy estos últimos tres años y que obtienen como recompensa, la patadita acomplejada de los "arriolas" de turno. Dos hombres, de la talla de Acebes y Zaplana, no pueden ser ninguneados ni desaprovechados. La experiencia, ya no solo de gobierno, sino también como hombres de partido, es un bien sobre el que Rajoy debería recapacitar.

A menudo se achaca que estos dos personajes representan poco menos que a una derecha rancia y pasada. Esos análisis por lo general, proceden de gentes que ni de lejos votarían al Pp aunque el mismísimo Gallardón fuera su cabeza (Dios nos libre) pero que logran calar en las "centristas" filas del partido que un día se fijó como objetivo ser el norte político de la derecha social en España. Allí está el historial de Zaplana, Presidente de las Juventudes Liberales de España cuando, por ejemplo Gallardón se deshacía de su camisa azul de flecha, o el mismísimo Fraga, luchaba desde dentro (como el mismo ha reconocido) contra el franquismo y por la democracia. Y Ángel Acebes, uno de los artífices precisamente, de ese giro al centro dichoso. Pero los dos cayeron en desgracia para Prisa, y ya se sabe que ante el imperio, D. Mariano y sus muchachos, son muy obedientes.

Otro asunto importante, es lo que recogen algunos medios y que parece ser el causante del enfado de María San Gil. Según estas informaciones, en la presentación de lo que serían las grandes áreas a tratar por el grupo de trabajo que prepara el programa electoral, la presidenta del Pp vasco protestó ante la falta de la formulación del terrorismo como una de las grandes propuestas. De poco le sirvió, pues ninguno de los asistentes secundó la queja de San Gil. Tampoco se habló nada de nacionalismos y del reformzamiento del papel del Estado frente a las exigencias de las autonomías.

Así que las primeras semanas del gabinete, ya las podemos ir definiendo como si de los típicos maitines de Rajoy se tratara. ¿De qué sirve dar la batalla toda una legislatura, si cuando llegan las elecciones no te atreves a proponer las soluciones con las que se pueden ver reflejados millones de españoles y que atraerían a los escontentos de Zp? ¿En qué se van a quedar las ilusiones de muchos de ver en Rajoy un futuro Sarkozy, valiente y decidido, alejado del acomplejamiento del centro?.

De momento muy poco esperanzador el inicio.